Joven / Abstracción / Crisol, la mirada de los niños no es racista

Detrás de Sabotaje al Montaje está la figura del pintor Matías Mata, uno de los artistas canarios más reconocidos y estimados por la sociedad canaria. Un reconocimiento que ha logrado a través de su trabajo, así como de las redes sociales, verdadero espacio democratizador para el arte urbano. Se podría decir que es un profeta en su propia tierra, ya que su obra se extiende por casi toda la geografía del archipiélago. Probablemente sea uno de los artistas mejor valorados y conocidos por la sociedad canaria en los últimos tiempos.

La virtud principal de este creador es la constancia; es su mantra, el camino que sigue para alcanzar sus metas. Continuamente hace referencia a ella cuando se le pregunta qué consejo le daría a la gente que empieza en el mundo artístico. Sin su constancia habría tirado la toalla tiempo atrás o habría desarrollado toda su producción plástica fuera de nuestros límites geográficos. Cabe añadir que la capacidad de trabajo es otra de sus cualidades. Sabotaje al Montaje es un artista que tira de oficio, que trabaja concienzudamente dedicando muchas jornadas a ejecutar sus creaciones, porque para él un artista es un trabajador como cualquier otro.

La obra artística de Sabotaje al Montaje se divide en dos vertientes, una de magistral dominio de la técnica de la figuración, y más concretamente del retrato, y otra más particular centrada en la abstracción geométrica y colorista.

La colección del CEMFAC posee tres obras que abarcan los diferentes aspectos de su producción. La primera de ellas se trata de un retrato hiperrealista de una Joven anónima canaria. En una de las paredes de la fachada del IES Eusebio Barreto pintó a mano alzada el rostro de una joven que parece hablar con el espectador a través de su mirada. La pose serena y relajada, la potencia gestual de unos ojos vivaces y plenos de vida, y la sutil sonrisa que suaviza la cara son una auténtica radiografía psicológica que lleva al público a imaginar cómo es la personalidad de la protagonista.

La siguiente obra, también en clave realista, es el mural de la pared de contención de las pistas deportivas anexas al estadio municipal Aceró: Crisol, la mirada de los niños no es racista. Se trata de siete retratos en escala de grises de niños y niñas de diferentes lugares del mundo con un claro mensaje de antirracismo, poniendo el enfoque en la ingenuidad de la infancia, carente de cualquier complejo cultural hacia lo diferente. Cabe mencionar que esta pieza es deriva de la intervención del muro trabajado con anterioridad por este mismo artista, una década antes, con la pieza, ahora desaparecida, Por una cultura feliz, Los Llanos de Aridane.

En cuanto a la parte más personal de su producción artística, diametralmente opuesta a lo anterior, está presente en un inmueble anexo a un complejo deportivo. Sabotaje al Montaje practica una abstracción geométrica y colorista, donde la aparente improvisación marca el proceso creativo, acompañada de líneas ondulantes que aportan dinamismo, movimiento y fluidez a la composición, como si de un baile sensorial se tratase.

Para Matías Mata el arte urbano es un ejercicio de total expresión libre en el espacio público con el que educar y concienciar a la población sobre el estado de abandono de esos muros y paredes abandonados por parte de sus propietarios. El grafiti y la pintura mural no estropea el entorno sino que, por el contrario, lo embellece y pone el acento en el deterioro que sufre. En el CEMFAC se adaptan y adoptan estas premisas siendo este museo el que dialoga con esos espacios para reafirmarlos y recuperarlos.